Agricultura automatizada

La agricultura es una antigua práctica milenaria que ha ido evolucionando muy bien con el paso del tiempo. Sus avances han abarcado desde la domesticación de animales de tracción que han logrado que la labranza sea más eficiente hasta tractores con motor diésel. Así pues, ¿cuáles serán los siguientes pasos, especialmente en el contexto de una crisis climática?

A medida que el clima cambia inexorablemente conforme las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero calientan la atmósfera, el mundo se enfrenta a numerosos cambios. Áreas inmensas de África Central y Oriente Medio están sufriendo una aridificación a un ritmo alarmante, dejando a su paso inhóspitos desiertos, mientras que zonas igualmente extensas de la taiga siberiana están empezando a deshelarse por primera vez en miles de años.

Estos preocupantes efectos están alterando los lugares del planeta donde se puede cultivar comida. Es posible que los graneros agrícolas de California Central y China se encuentren con que sus producciones y campos se secan, mientras que otros países que normalmente resultan demasiado fríos o secos para la agricultura descubran que las tareas agrícolas prosperan.

Riego activo

Un inmenso escollo medioambiental es el del agua. Los derechos de agua no son nada nuevo, cuando menos al aparecer como argumento de una película de James Bond que tiende a olvidarse. Chistes aparte, la incapacidad para suministrar agua limpia es un problema cada vez mayor con graves consecuencias.

Puede que el Reino Unido disfrute de agua en abundancia, pero en zonas más secas del Medio Oeste de los Estados Unidos u Oriente Medio la importancia que cobra el agua no debe subestimarse. Mientras el sol cuece la tierra y calienta el aire, el agua se evapora con una rapidez mayor que nunca. Es tal el problema, que hace poco, las autoridades de Los Ángeles llenaron sus reservas con casi 100 millones de «bolas de sombra» de plástico negro con el fin de limitar esas pérdidas evaporativas, lo que ha supuesto un índice de hasta un 80 o 90 % de agua retenida que, normalmente, se habría perdido.

No obstante, en el caso del productor que se encuentra al final de la cadena, se puede hacer algo más. Una tecnología prometedora que podría ayudar es el riego por goteo de baja presión alimentado por energía solar.

Los sistemas de riego por goteo de baja presión alimentados por energía solar son una alternativa a los métodos de riego tradicionales, con los que el agua se extrae de ríos o pozos mediante una bomba para después suministrarse a los cultivos a través de acueductos abiertos. Se han utilizado muchos métodos para accionar el paso de extracción, como el simple trabajo físico o el empleo de animales de tracción. No obstante, en el siglo XXI, este paso lo llevan a cabo pequeñas bombas propulsadas por combustibles fósiles.

Baja presión y mucha importancia

Tal como su nombre indica, los sistemas de riego por goteo de baja presión alimentados por energía solar accionan la bomba mediante electricidad producida de forma fotovoltaica. La bomba extrae el agua, pero en lugar de desplazarse por el acueducto bajo el inclemente sol, se introduce en un depósito de almacenamiento. Esa agua solo se libera más tarde mediante tuberías cerradas, cuando un software de control lo permite. El agua se distribuye directamente a las raíces de las plantas, evitando así casi por completo el problema de la evaporación.

Los sistemas de riego por goteo de baja presión alimentados por energía solar conllevan importantes ventajas respecto a los acueductos, aparte de simplemente retener el agua. Una vez integrados, son mucho más eficientes energéticamente gracias a su fuente de energía renovable. También son ajustables y pueden regular el suministro de agua de forma inteligente como respuesta a las condiciones climáticas, además de ser autónomos si se configuran correctamente.

Sin embargo, no todo es positivo. Dado que esta tecnología se encuentra aún en una fase inicial, los sistemas de riego por goteo de baja presión alimentados por energía solar dependen de microchips y otros componentes electrónicos para medir y decidir el momento de distribuir el agua, mientras que los acueductos tradicionales que desplazan el agua gracias a la gravedad no tienen esas limitaciones.

La avería de una pieza electrónica supone el posible marchitamiento de varias hectáreas de cultivo, por lo que resulta imprescindible contar con un acceso fiable a repuestos. Trabajar con un especialista en la distribución de piezas nuevas, antiguas y obsoletas como EU Automation, que puede suministrar el recambio de un motor de bomba, interfaces de supervisión y muchas otras piezas de repuesto en un plazo de 72 horas a todo el mundo, y en menos de un día dentro de Europa, puede ayudar a evitar interrupciones innecesarias y prolongadas.

El cambio climático promete trastornar gravemente amplias partes del mundo que hoy se dan por descontadas.  El agua es posiblemente el recurso más importante del que disponemos, por lo que es fundamental asegurarnos de que cada gota de ella se use adecuadamente. No obstante, tan importante como eso es mantener en funcionamiento los sistemas que la administran.

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